El rol del jefe de becados: liderazgo, vocación y mirada integral del paciente.
Conversamos con el Dr. Arturo Valdés, becado de tercer año de Medicina Interna y jefe de becados de la Universidad de los Andes, quien nos compartió su experiencia en este rol.
Dentro del proceso de especialización médica, el cargo de jefe de becados representa un desafío adicional para algunos residentes, que combina liderazgo, responsabilidad y compromiso con sus pares. En esta oportunidad, conversamos con el Dr. Arturo Valdés, residente de tercer año de Medicina Interna de la Universidad de los Andes, quien actualmente cumple este rol dentro de su programa y reflexiona sobre su experiencia formativa.
El Dr. Valdés destaca que la Medicina Interna es una especialidad profundamente integral, orientada al estudio, diagnóstico y tratamiento de múltiples patologías no quirúrgicas, abarcando áreas como cardiología, gastroenterología, broncopulmonar, oncología, reumatología, diabetes, entre muchas otras. “El internista acompaña al paciente desde la sospecha clínica, pasando por el diagnóstico, el tratamiento y muchas veces también en las derivaciones que requiere. En un sistema de salud cada vez más subespecializado, el médico internista cumple un rol clave guiando y acompañando al paciente durante todo ese proceso”, señala.
Uno de los aspectos que más valora de la especialidad es la posibilidad de ver al paciente en su totalidad, considerando no solo la enfermedad, sino también su contexto social, laboral y familiar, y cómo estos factores influyen en su salud y en la efectividad de los tratamientos. “No se trata solo de tratar una patología, sino de tratar a una persona de manera integral”, enfatiza.
Respecto al programa de Medicina Interna de la Universidad de los Andes, el Dr. Valdés destaca su solidez y trayectoria, con más de 20 años de historia, acreditación por el período máximo y una formación exigente y estructurada. Además, subraya la calidad del cuerpo docente, reconocido a nivel nacional e internacional, y la diversidad de campos clínicos, tanto públicos como privados. “Eso permite conocer las dos caras del sistema de salud en Chile y entender cómo el sistema público y privado pueden complementarse”, explica.
En cuanto a su experiencia personal, reconoce que la residencia es un proceso intenso y demandante. “Son tres años muy duros, de mucho estudio y trabajo, donde uno pasa de ser alumno de pregrado a asumir una responsabilidad real como médico, sin dejar de ser alumno de postgrado. Es exigente, pero también muy entretenido y gratificante. Uno crece mucho, tanto como profesional como persona”.
Como jefe de becados, su rol principal es ser el nexo entre los residentes y las autoridades del programa. Esto implica canalizar inquietudes, propuestas y dificultades de sus compañeros, coordinar turnos, vacaciones y cambios de rotación, además de organizar actividades académicas como sesiones bibliográficas y reuniones clínicas semanales. “Es un cargo honorífico, no tiene beneficios económicos y significa más responsabilidades, pero es una experiencia de enorme aprendizaje”, comenta.
El Dr. Valdés destaca que este rol permite desarrollar habilidades que no siempre se enseñan formalmente durante la formación médica, como el liderazgo, la negociación y la comunicación efectiva. “Uno aprende a relacionarse de otra manera con los jefes, con los docentes y con los propios compañeros. Te obliga a tener una mirada más amplia de la beca y a buscar siempre el beneficio colectivo”, señala.
Sobre la elección de este cargo, es claro en que no debe ser algo que se busque activamente. “No es algo por lo que uno deba competir. Es un rol que se ofrece, y cuando te toca, hay que asumirlo con orgullo, agradecimiento y mucha responsabilidad, entendiendo que el objetivo es sacar adelante a tus compañeros y seguir mejorando el programa”.
Finalmente, entrega un mensaje a quienes están iniciando o pensando en postular a una residencia en Medicina Interna. “Que disfruten la beca al máximo, que aprovechen cada rotación y cada oportunidad de aprendizaje. No son solo tres años para obtener un título, son años de crecimiento personal, de formar comunidad, de hacer amigos y de aprender tanto en lo académico como en lo humano. La beca de Medicina Interna de la Universidad de los Andes es una de las más robustas y mejor armadas, y quienes pasan por ella salen no solo como excelentes profesionales, sino también como grandes personas”.







